DE MUERTES INOCENTES Y CULPABLES. 

Por Convocatoria el 22-11-2021


DE MUERTES INOCENTES Y CULPABLES. 

CONVOCATORIA SEGUNDA INDEPENDENCIA DIRA SIEMPRE QUE LAS MUERTES ESTAN DEL LADO DEL PUEBLO OPRIMIDO Y TIENEN COMO UNICO RESPONSABLE EL SISTEMA CAPITALISTA A TRAVES DE SUS DISTINTOS GOBIERNOS 

Tres asesinatos en tan sólo seis días, tres muertes que pueden parecer diferentes pero que tienen un común denominador detrás: un Estado que responde a los grandes intereses económicos del poder, en el que los jóvenes de piel morena, o aquellos que no encajan en los patrones normales de salud mental o los que pertenecen a comunidades de pueblos indígenas que han logrado sobrevivir al genocidio jamás tendrán cabida.

Lucas González, de 17 años, fue asesinado el este 17 de Noviembre a pocos metros de uno de los ingresos a la villa 21-24 en la Ciudad de Buenos Aires, cuando acababa de salir de un entrenamiento de futbol junto con otros tres jóvenes, por tres policías de civil integrantes de la Brigada de la Comuna 4D de la Policía de la Ciudad.

Alejandro Martínez de 35 años fue asesinado el 18 de Noviembre por policías de la Provincia de Buenos Aires en San Clemente del Tuyú, luego de haber sido detenido por “desórdenes” producto de una crisis de salud mental, torturado y asfixiado en la comisaría.

Elías Garay Yem de 30 años, Weichafeyem de la Comunidad Quemquemtrew en Cuesta del Ternero, El Bolsón de la Provincia de Río Negro, asesinado el 21 de Noviembre, por agentes de civil que lo ejecutaron e hirieron gravemente a otro peñi en una zona absolutamente militarizada por fuerzas de seguridad de la Provincia de Río Negro, en la pudieron ingresar y salir sin problema alguno luego de perpetrar que el crimen, también atravesaron retenes de la Provincia de Chubut y de la Gendarmería Nacional. 

En todos los casos, sin importar los distintos colores políticos de los lugares donde se produjeron, la responsabilidad estatal es innegable, sea a través de sus fuerzas de seguridad o de civiles que cuentan con su complicidad y apoyo en zonas liberadas. 
Nada es casual. En estos últimos años y en particular en el contexto electoral los distintos funcionarios de los gobiernos de turno o los voceros de los principales partidos vienen fogoneando en la opinión pública la creación de enemigos internos para justificar estos asesinatos. 

Sólo por ejemplificar hablaremos de los más resonantes:
Declaraciones públicas como las del Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos, Sergio Berni, mientras clamaba por la pena de muerte expresaba: “Para algunos, el delincuente es víctima de la sociedad, para mí, la sociedad es víctima de los delincuentes”; tampoco ahorró palabras para con el conflicto mapuche: “No tengo ninguna duda que el Estado tiene que mandar tropas a la Patagonia”.
Del mismo modo la Gobernadora de Río Negro Arabela Carreras, planteo que el conflicto con grupos mapuches “es serio” porque “intentan socavar el orden constitucional” y el gobernador Mariano Arcioni la invitó a “luchar juntos contra los ataques de los mapuches radicalizados”.

Podríamos seguir enumerando además las distintas declaraciones de los candidatos y voceros de los principales partidos de la contienda electoral. No dejaron de reclamar mano dura criminalizando la pobreza y todo conflicto que atente contra el orden existente, entre ellos por supuesto, las recuperaciones territoriales de los pueblos originarios. 
Entonces, cuando hablamos de estos asesinatos no podemos dejar de plantear que se trata de una verdadera política de estado que, en forma expresa, declara la guerra hacia los sectores más vulnerables, justificando y encubriendo un tipo de violencia “necesaria” para luego demonizar aquella que se expresa en defensa de ella.
En esa justificación de violencia estatal que atraviesa nuestro imaginario social, cuando las situaciones de violencia ya se tornan “moralmente” insostenibles entonces se agrega a la teoría de algunos malos policías que se “equivocan” y asesinan “inocentes”.
Esa afirmación no hace otra cosa que reafirmar la misma idea, si las “víctimas” son “inocentes” no les cabe la represión implacable y la pena de muerte encubierta que sí les cabe a los que ellos señalan como culpables. 

Así el Ministro de Seguridad de la Nación declaró: "El pueblo mapuche nada tiene que ver con un grupo de tipos violentos". 
"No es gatillo fácil porque no había delincuentes. Eran chicos inocentes, que estaban comprando un jugo", dijo Gregorio Dalbón, el abogado de la familia de Lucas González
"Hay que castigar a los policías que actuaron fuera de la ley, pero no podemos permitir que el kirchnerismo iguale a Lucas, una persona inocente, con el delincuente que mató Chocobar, que le había dado 12 puñaladas a alguien", señaló Florencia Arietto, la vocera oficial de Patricia Bullrich”

Pibes chorros o inocentes. Mapuches buenos y mapuches malos.  
Todo forma parte de esta política que permite matar con buena conciencia, como lo fuera anteriormente durante la dictadura militar la justificación de los crímenes de guerra a los guerrilleros y las “violaciones de derechos humanos a inocentes”. 
De este modo se quita todo contenido político a los crímenes, se encubre una violencia “aceptada” y otra satanizada cuando viene de las distintas resistencias de nuestros pueblos.

Sepan queridos compañeras y compañeros que existe una guerra declarada, que comenzó hace 500 años, cuando el conquistador puso su primer pie en nuestra América, y terminará cuando el último colonialista e imperialista sea expulsado de nuestras tierras.  Como siempre lo ha dicho Convocatoria SEGUNDA INDEPENDENCIA esa guerra nunca cesó. 
Y si no reconocemos esta situación difícilmente podremos organizarnos para defendernos. 

No hay medias tintas, nuestra acción no es neutral, existe un pueblo oprimido y existe un poder opresor, nos guste o no esta es la situación y la pregunta es si seguiremos eludiendo esta discusión. Por eso no se trata de cada caso particular y la búsqueda de una justicia que nos lleva a procesos interminables donde la impunidad será la regla. Se trata de luchar por este Estado capitalista, colonialista, sometido al imperialista. 
Nos han hecho creer que no es posible derrotarlo, que hay que hacer lo que se puede y nos conformamos con postear estas muertes por las redes sociales o participando de conferencias de prensa virtuales. 

Que la sangre de estos compañeros sirva para encender nuestra bronca y rebeldía, que volvamos a sentir la necesidad de ser parte de la necesaria transformación de este sistema que nos mata, nos oprime e hipoteca el futuro de nuestros hijos e hijas. No hay otro modo que no sea organizándonos.





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